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Testimonio hermano Jaque

Queremos compartir con mucho cariño, parte de la historia de nuestro hermano, quién dice…” Estos son los años que valen, junto a su amado Señor”.

Nació en Puerto Saavedra un 18 de octubre del año 1931. En sus primeros años de vida participó activamente junto a su madre en la Iglesia Católica; cumpliendo con todos los sacramentos y movido por su actividad en la Iglesia tenía en mente algún día llegar a ser “cura”. A muy temprana edad dejó su querido Puerto y por trabajo se trasladó a Coronel, para trabajar en los nuevos caminos que se construían en la zona. Pasó el tiempo y comenzó a sentirse atraído por “la música de los evangélicos” hasta que un día conversando con uno de sus amigos, se propusieron ir a un culto evangélico; Concretaron el día pero su amigo llegó pasado de copas, por lo que no se atrevió a cruzar la puerta de la iglesia con su amigo en esas condiciones, pero “fue como que alguien me tiró dentro de iglesia y me apernó en la primera banca; esa noche, el Señor me rescató y me plantó en Mi Iglesia Metodista Pentecostal de Chile… yo tenía 14 años y trabajaba en los caminos.”

Con el paso del tiempo le pidió a Dios que le enseñara a tocar el violín, instrumento que siempre añoró y que hasta la actualidad sigue tocando. Pasó a formar parte del coro y de los ciclistas, cumpliendo siempre con responsabilidad y puntualidad en cada reunión. Contrajo matrimonio muy joven, a la edad de 19 años y tuvo la bendición de dar a conocer el evangelio a la familia de su esposa. Formó su propia familia junto a su querida Ana Rosa, con quien estuvo casado por más de 50 años. Digna, Gustavo, Eliecer, Jorge, Margot, Daniel y Carlos fueron criados en un ambiente de campo, enseñándoles desde pequeños la Fe y el amor por la tierra.

Su caminar en el evangelio ha estado marcado por hermosas experiencias donde ha podido ver una y otra vez el poder del Señor. Lleva testimonios en su vida de la misericordia del Señor; una cicatriz en un pulmón fue la evidencia ante los médicos de que Dios había obrado en él, aun cuando el diagnostico era “no hay nada más que hacer”. Luego vino el problema en el estómago donde también Dios sanó y dio una esperanza. “Yo fui siempre enfermizo, jamás pensé en vivir tanto”. Sufrió persecución por predicar el evangelio y también fue despedido de su trabajo.. “el evangelio es para valientes, hay que estar dispuesto a todo… una vez estábamos predicando y unos curas nos rompieron los instrumentos, eso fue lo más suave que nos pasó”. Siempre ha pertenecido a la Iglesia de Coronel, ha sido oficial diacono con cada pastor que ha habido en Coronel, colaborando con todo lo que esté a su alcance. “faltaban bancas para la iglesia, bueno, tengo árboles de sobra en mi huerta (pensé); ahí está la madera.”

El hermano Alejandro se ha caracterizado por ser un hombre que dice las cosas de frente, es honesto, no arregla las palabras para caer bien, pero cada consejo está lleno de amor para que hagas las cosas bien “quizás el Señor me puso como crítico en la iglesia, porque no puedes servir al Señor a medias, o sirves o no sirves, es difícil, pero a Dios se le debe dar lo mejor”

Ya han pasado 70 años desde que Cristo salió a su encuentro. En la actualidad sigue sirviendo al Señor a pesar de su avanzada edad; solo el problema del oído medio lo bajó de su amada bicicleta, pero aun luce muy orgulloso su tricota, que, aun estando de duelo (coincidió el fallecimiento de su esposa con una semana de actividad del cuerpo de ciclistas) la llevaba puesta en el culto fúnebre en su hogar. Esa vez cumplió su promesa de tocar el violín hasta el final en el funeral de querida Ana Rosa, dando un claro ejemplo de fortaleza en el Señor y que en medio del dolor podemos alabar a Dios porque Él es soberano

Nuestro hermano sigue tocando su instrumento y así alabando a Nuestro Dios en el coro de su iglesia. Pudo cumplir como ciclista y corista tocando en los últimos servicios que se hicieran para su pastor Escolástico Arratia.

Deseamos que Dios le ayude a terminar esta carrera y llegar a la meta.

Agradecemos a la Hna. Anny Jaque Alvarado (nieta)

Hna. Sara Castillo – Comunicaciones Sector 16

 

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