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Mi Salud | El señorío de Cristo y nuestra salud

Por Claudia Retamal Acevedo / Médico Cirujano, IMPCH Talca Sur

Por un momento, le invito a pensar en cuál es el propósito por el cual fuimos creados: Efesios 1: 6 nos da la respuesta: “para alabanza de la gloria de su gracia”.  Bajo el precepto anterior, permítame hacerle la siguiente pregunta: ¿qué es la sabiduría?, siempre tuve la duda, hasta que una hermana Dorca me explicó con sencillas palabras: la sabiduría es ir por un camino, ver que hay un agujero más adelante y hacerle el quite.  Entonces, ¿por qué no aplicar esto al cuidado de nuestra salud?

3° Juan 1:2 dice “amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”, así también, 1a Corintios 10:31 enseña: “si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”.  Pues bien, ante la evidencia de la Palabra de Dios, no podemos hacernos los desentendidos.

Existen enfermedades muy terribles que podemos prevenir y, si alguno ya padece una de ellas, es su deber seguir un tratamiento y así evitar complicaciones.  Una de las herramientas más útiles es,  por ejemplo, siendo sobrios en nuestra alimentación, también vacunándonos contra la influenza, asistiendo a nuestros controles o tomando nuestros remedios.

En resumen, como cristianos debemos ser respetuosos y previsores con nuestra salud con el propósito de usarla de la mejor manera para la gloria de Dios.

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