En tiempos de crisis, la solidaridad evangélica se multiplica.
Para nadie es un misterio que la crisis del COVID-19 ha dejado a muchos sin trabajo y la precarización laboral es un asunto generalizado en nuestra nación. No obstante, varias iniciativas solidarias se están llevando a cabo de manera anónima, a cargo de hermanos inspirados en el Mensaje de Jesucristo.
Una de estas acciones es la elaboración y entrega de alimentos estilo delivery, acción que se cumple bajo las estrictas disposiciones de orden y de resguardo que exigen las autoridades sanitarias. Un participante de esta acción solidaria ha señalado que en cada plato despachado, va acompañado de un “Dios le bendiga”; “Estaremos orando por su situación”, “Esperamos que disfrute la comida porque se hizo con mucho amor”.
Otras instancias solidares han sido la confección de cajas de mercadería, recolección de ropa, incluso de juguetes, en ayuda de los miembros golpeados por la cesantía. Igual de importante, la entrega de canastas a abuelitos y viudas de la Iglesia, dejando esta bendición en las rejas o puertas de los hogares necesitados.
Agradecemos a Dios, porque en estos difíciles tiempos se cumple prudencialmente lo que declara el Libro de Proverbios 3:3-4: “Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón; Y hallarás gracia y buena opinión ante los ojos de Dios y de los hombres”.