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5 hábitos que deben practicar los cristianos

Existen ciertos hábitos que un creyente debe ejercitar para poder testificar con su vida que está haciendo la voluntad de Dios aquí en la tierra.

Todos estos hábitos están reflejados en la Palabra de Dios. Claramente el testimonio de Jesús, el varón perfecto, es el principal modelo que se debe seguir para manifestar la vida de Dios.

Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante (Efesios 5:1-2).

Existen muchos hábitos que un cristiano debe tener, pero, sin embargo, haremos el enfoque en sólo cinco de ellos.

1. La oración

Este hábito es clave en la vida cristiana, ya que si no se ejercita la vida de oración no podrá haber un crecimiento espiritual en el creyente y tampoco se pueden manifestar los frutos de Espíritu Santo.

Para conocer a Dios es necesario dedicarle tiempo y sobre todo hablar con Él, al igual que lo hizo Cristo, ya que como dice la escritura se apartaba a lugares desiertos y hablaba con el Padre (Lucas 5:16).

El tiempo de oración más importante es que se tiene a solas con Dios, ya que este tiempo implica intimidad con Él tal como lo dice la Palabra: Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público (Mateo 6:6).

2. Meditar la Palabra de Dios

El hábito de la oración y la lectura de la Biblia son los más fundamentales para alimentar la fe cristiana, no se trata sólo de leer la Palabra, sino que es necesario estudiarla y meditarla (Josué 1:8).

La Palabra es útil para corregir y para enseñar al creyente, es por eso que la mejor palabra capaz de transformar la vida de una persona es la Biblia. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra (2 Timoteo 3:16-17).

3. Congregarte

Es necesario que el creyente se congregue o se reúna con sus hermanos para estudiar, meditar y hablar acerca de la Palabra, porque la Palabra de Dios dice que cuando están los hermanos juntos y en armonía Jehová envía bendición y vida eterna (Salmos 133:1-3).

No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca (Hebreos 10:25).

4. Huir del pecado

El creyente debe huir de todo lo que le pueda hacer caer, porque ciertamente la tentación va a venir, pero la mejor arma contra ella es huir. Todos los seres humanos han de ser tentados de acuerdo a sus propios deseos y Dios no permitirá que la tentación sea mayor de lo que se pueda soportar.

Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor (2 Timoteo 2:22).

5. Dar a los otros

La vida cristiana va más allá de lo que se puede recibir u obtener, se trata de dar aquel que necesita. Un gesto pequeño puede impactar la vida de una persona, por tanto, el creyente debe ser ejemplo de Cristo, quien lo entregó todo por amor a la humanidad.

En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir (Hechos 20:35).

Marquemos la diferencia en medio de un mundo egoísta y que busca su beneficio propio.

Fuente: www.bibliatodo.com

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