No es con tu fuerza, es con tu oración… Pide y será hecho

Jesús nos enseña la importancia de la oración. Para el cristiano ORAR es tan vital como el agua.

Juan 14:14 dice: “Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré”.

Pero muchos piensan que con pedir, y pedir y decir “En el nombre de Jesús”, todo será hecho. Pedimos a nuestra conveniencia y por eso pedimos mal.

Cuando la palabra de Dios dice que todo lo que pidas al padre será hecho, no significa que obtendrás lo que se te antoja, sea lo que sea; El mismo Dios sabe que es lo que nos conviene como sus hijos.

Además nos acostumbramos a pensar solo en lo que queremos, en nuestra necesidad y olvidamos pedir por los demás, por aquellos que realmente están necesitados; nuestras oraciones se vuelven egoístas.

La comunión que como hijos debemos tener con el Padre, debe ser completa… Imagínate que Jesús en el Getsemaní hubiese orado como lo hacemos nosotros; de seguro que hubiese tirado la toalla y jamás habría muerto por ti y por mí. Imitemos a Jesús al orar y en nuestra comunión con el cada día pide por todos los que nos rodean… Su palabra dice que todo lo demás vendrá por añadidura.

Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Mateo 6:33

Para que Dios escuche mi oración y pueda yo tener una comunión con Él, debo entregarle mi vida y ser limpio por Su Sangre.

Cuando nuestra fe esta puesta en él, sus oídos estarán prestos para oír nuestra oración y nuestro clamor. Pero si continuamos en el pecado, Él no nos oirá.

Pidamos solo lo que viene de la voluntad del Señor, no usemos la frase “En el nombre de Jesús” como unas palabras mágicas.

Dios no responderá una petición que vaya a traer peligro o problemas a nuestra vida, tampoco contestara oraciones motivadas por la vanidad o egoísmo.

Al orar pidamos como que la voluntad de Dios se cumpla y que nuestros propósitos estén sujetos a los suyos.

Fuente bibliatodo.com

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