Autor: Reginald Heber 1826
Música: John Bacchus Dykes 1861
Este conocido y amado himno por cristianos de todo el mundo estuvo en riesgo de perderse en el incógnito, en medio de los muchos papeles con escritos de himnos y poemas de Reginald Heber. Heber era obispo de la Iglesia de Inglaterra y escribió Santo, Santo, Santo para que se usara en la celebración del Domingo de la Trinidad, que lleva lugar el primer domingo después de pascua en el Calendario Cristiano Litúrgico Occidental. Este poema hacía referencia a Isaías 6:1-5. Sin embargo Heber murió de forma repentina a la temprana edad de 42 años. Durante su vida Heber compuso 57 himnos. Un día su esposa encontró la letra de este himno y le pareció que debía ser llevado a la música así que se lo entregó al reconocido músico John B. Dykes, quien compuso la melodía del himno y lo preparó para ser publicado.
I.
Santo, Santo, Santo; Dios omnipotente
Canto de mañana tu excelsa majestad;
Santo, Santo, Santo; fuerte y clemente,
Dios sobre todo, Rey de eternidad.
II.
Santo, Santo, Santo; ángeles te adoran;
Echan sus coronas del trono en derredor;
Miles y millones ante ti se postran,
Tú que eras, y eres, y has de ser, Señor.
III.
Santo, Santo, Santo; aunque estés velado,
Aunque el ojo humano tu faz no pueda ver;
Solo tú eres santo, como tú no hay otro;
Puro es tu amor, perfecto es tu poder.
Este es el original, en nuestro himnario se han agregado 2 estrofas más y, es el número 67
Investigación Corresponsal Mario González Ney.