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“Dios proveedor” Testimonio pastora Luz Rodríguez Herrera

En este día quiero hacerles partícipes de un testimonio que viví, para aumento de fe pero, por sobre todo, para testificar que mi Dios es real y que Él vive.

Mi nombre es Luz Rodríguez Herrera, viuda del Pastor Santiago Valdebenito Zúñiga. Cuando Dios nos llamó al ministerio para ser los pastores de la Iglesia de Presidente Bulnes – Hualpén,  el Señor, por medio del pastor Mario Ibacache, en ese entonces pastor de la Iglesia de Coelemu, le habló a mi esposo y le dijo que se preparara porque Dios le probaría su fe y pasaría 7 años de escacez, pero que no dejara de confiar porque Él sería con nosotros. Obviamente nos preocupamos ya que teníamos 3 hijos pequeños.

Un día, llegando del Culto, estando en la mesa no nos quedaba nada más de comer que un pan, mi esposo se puso a llorar y le dimos prioridad a nuestros hijos; lo partimos en tres y se lo dimos a ellos para que se alimentaran, ya no había nada en nuestra despensa. Mi esposo pidió la bendición y mientras oraba, lloraba y le decía a Dios que si Él lo había llamado al ministerio, que lo probara a él pero que le diera alimentos para su familia, que lo ayudara y que supliera las necesidades. No quería que nuestros hijos sufrieran. “Te pido pan para mis hijos, café y azúcar”…


Como nuestro Dios es un Dios que escucha, que responde y no tarde sino que llega justo a tiempo, en ese mismo instante fuimos testigos de la misericordia de Dios obrando a favor de nuestra familia.


Estando en la mesa aún, sentimos un vehículo estacionar afuera de nuestra casa, pensé que eran visitas y lo primero que se me vino a la cabeza fue Dios mío, viene visita “¿Qué le vamos a servir?”. Tocaron la bocina y mi esposo salió para ver quién era. El chofer del vehículo le pregunta si era la casa del pastor Santiago Valdebenito, a lo que mi esposo le dice que sí, que él era; el caballero le pide que se acerque al vehículo a sacar algunas cosas que traía para él. Mi esposo un tanto temeroso le dice que él no había comprado nada, sin embargo aquel hombre insistió que lo que traía era para el pastor Santiago y la dirección era la correcta, le dijo: no  pregunte quien se lo mandó, solo  recíbalo; era un quintal de harina, un tarro de café y 5 kilos de azúcar, justo lo que mi esposo le había pedido llorando en la oración de la bendición por los alimentos.


Al entrar a la casa mi esposo le dijo a nuestros hijos “Miren, Dios respondió, suplió nuestra necesidad”.


Mi hijo mayor le dijo “Papá, porque no pediste queso también”, reímos y nos gozamos por la bendición recibida, porque sabíamos que si mi esposo hubiese orado por queso, Dios también lo hubiera puesto en nuestra mesa.

Fue así como Dios nos proveyó por años, todos los meses llegaba  la harina, el café y azúcar a nuestro hogar. Hace poco tiempo me enteré que un hermano de mi Iglesia era quien tenía esa bendición. Nunca nos faltó el pan, ni nos faltará, esa es la promesa de Dios para sus hijos.


Testimonio pastora Luz Rodríguez Herrera, viuda del pastor Santiago Valdebenito Zúñiga

Corresponsal Ester Valdebenito Rodríguez.

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