El día sábado 10 de mayo del 2025, se realizó la convención de Oficiales Diáconos y sus esposas en la Iglesia Metodista Pentecostal de Chile, Llay Llay Centro.
La convención dio inicio con una predicación al aire libre en la plaza Manuel Rodríguez de Llay Llay, donde los hermanos Oficiales y esposas entonaron alabanzas y predicaron la palabra del Señor.
Luego, al llegar al Templo, se realizó el devocional siendo coordinado por el hermano Mauricio Ossandón de la Iglesia de Quillota, dando inicio al culto a las 15:30 horas. Se entonaron alabanzas al Señor por el Coro Oficial de la convención conformado por Oficiales Diáconos y esposas coristas de cada Iglesia, para posteriormente dar inicio a la lectura de la palabra en Josué 24:15 por el pastor Daniel Donoso de la Iglesia de Catemu, quien dio como tema principal “Yo y mi casa serviremos a Jehová”. Al finalizar la exhortación de la palabra y desarrollo del tema, se realizó la oración de agradecimiento y se dio término con el himno final Nº 248.
El servicio general comenzó a las 18:30 horas, siendo coordinado en esta ocasión por el hermano Luis Maldonado de la Iglesia de La Calera. Se entonan alabanzas al Señor, y luego se le otorgó una oportunidad al jefe del Sector 5, el pastor Regino Guerra, así también al pastor anfitrión, Ananías Fuenzalida. Posteriormente se cantó una alabanza especial, y se entregaron oportunidades para alabar al Señor, en primer lugar a la Iglesia de Llay Llay, luego a la Iglesia de Quintero y por último Iglesia de La Calera. En esta ocasión la lectura y exhortación de la palabra fue impartida por el pastor Luis Maldonado de la Iglesia de La Calera y se encontró en 1º de Samuel 16: 12 – 13. Seguidamente se realizó la oración de agradecimiento dirigida por el hermano Carlos Maraboli de la Iglesia de San Felipe y se cantó el último himno y se pidió la Bendición final.
“Damos gracias al Señor por la convención que hemos vivido, por permitirnos habernos reunido en un mismo lugar para alabar su Santo Nombre. Agradecemos también la compañía de cada uno de nuestros hermanos y hermanas, su compromiso y esfuerzo. Que el Señor les bendiga y que la semilla que ha sido sembrada en nuestros corazones siga creciendo y fructificando nuestras vidas”.