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Biografías Personajes Bíblicos: ABRAHAM

Significado y origen de su nombre: Abraham es un nombre propio masculino de origen hebreo. Este nombre lo recibe después del pacto descrito en Génesis 17:5. Proviene del hebreo y significa “padre del pueblo” o “padre de las multitudes”.  Su forma original era Abram, de ab (padre) y ram (alto, excelso), por lo que su significado era “el Padre (Dios) es excelso”.

Sin embargo -según la Biblia-, Yahvé le llamó Abraham, “padre de multitudes” (ab-hamôn), por lo que Abraham sería una síntesis entre ab-ram y ab-hamôn. Sin embargo hay que tener en cuenta que la promesa para ese “padre excelso” (Abram), consiste en hacerlo padre de multitudes.

Procedencia y Origen familiar: La historia de Abraham es relatada en el libro del Génesis, desde 11:26 a 25:18. Abraham fue hijo de Taré. Su familia moraba en Ur de Caldea, Taré era de la décima generación descendiente de Noé, a través de Sem, y sus hijos fueron Abraham, Nacor y Harán. Este último, cuyo hijo fue Lot, murió en su ciudad natal (Ur). Luego Abraham se casó con Sara, su media hermana, quien era estéril. Taré, el padre de Abraham, con sus hijos y familias, marcharon entonces desde Ur a Canaán, asentándose en Jarán, Mesopotamia, donde Taré murió a los 205 de edad.

Tras la muerte de Taré, según relata el libro de Génesis capítulo 12, cuando Abraham tenía 75 años, Dios le ordenó salir de su tierra e ir «al país que yo te indicaré», donde convertiría a Abraham y sus descendientes en un gran pueblo. De manera que Abraham emigró desde Jarán, con Sarai y Lot, sus seguidores, sus rebaños, y viajaron hasta Canaán, donde en el encinar de Siquem, el Señor le dio tierra a él y su posterioridad.

Vida y obra de Abraham: La historia de Abraham está impregnada de experiencias muy profundas de demostración de su fe en el Dios que lo llamó y quien hizo con él Alianza, prometiéndole la tierra de Canaán para él y para sus descendientes, quienes serían tan numerosos “como el polvo de la tierra”.

En el peregrinaje de Abraham hacia la tierra prometida, erigió un altar a Jehová y una tienda-santuario en cada uno de los lugares que habitó, porque entendió que Jehová lo guiaba.

Su esposa Sarai no había concebido hasta entonces, pero Abraham tuvo un hijo (Ismael) de Agar, esclava de Sara, a los 86 años de edad. Sin embargo cuando Abraham tenía 99 años, Dios le recuerda la promesa de una descendencia, nación y ley, fue ahí donde Dios le cambia el nombre (Abram) a Abraham y le da la señal del pacto: la circuncisión de varones (Génesis 17).

Pese a la incredulidad de Sara, quien era avanzada de edad y estéril, Dios le da un hijo, Isaac, cuando Abraham tenía aproximadamente 100 años de edad. Por esto mismo, Agar fue expulsada de la casa y marchó con su hijo Ismael al desierto, donde se instalaron, pero Abraham no cesó en interceder por sus vidas.

Años después, Dios quiso probar la obediencia de Abraham y le mandó que le ofreciera en sacrificio a Isaac. El patriarca aceptó el mandato, pero en el último momento Dios le eximió de tan dura carga, porque demostró que amaba más a Dios y  que su obediencia a Él, estaba ante cualquiera situación. Este acto de Abraham reafirmó el Pacto que Dios tenía con él.

Sara fallece a los 127 años de edad. Más adelante Abraham vuelve a casarse, con una mujer llamada Cetura, con quien también tuvo descendencia, cuyos hijos fueron los antepasados de Dedán y Madián.

Abraham fallece a los 175 años y fue sepultado en Macpela (Génesis 25).

Sin duda alguna, la vida de Abraham nos inspira  a tener una fe abierta, práctica y pública en el Dios Todopoderoso, como también a vivir una vida en comunión con Dios, y adorarle en todo lugar.

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