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Actualidad | ¿Cuál es la mejor edad para darle a un niño un celular?

Diez consejos para tener en cuenta a la hora de tomar una decisión llena de variables.

¿Es mejor esperar hasta que sea mayor? ¿Qué van a decir mis amigos si le doy a mi hijo un teléfono antes que ellos? ¿Cómo puedo ayudarle a que lo use adecuadamente? ¿Es la mejor opción para que siempre estemos conectados?

María Zabala, experta en familia y tecnología, nos ha ayudado a solucionar estas dudas, luego de realizar un estudio con 400 padres de hijos entre 5 y 12 años. Esta investigación concluye que la edad media en que los niños piden un celular es a los 9 años, aunque un 27,7% ya lo han solicitado antes. Además, los padres explican que el motivo para comprarles su primer teléfono es la tranquilidad de estar en contacto con ellos.

  1. Definir el propósito

Cada familia es diferente y tiene costumbres, convicciones o necesidades distintas. Si estás pensando en que tus hijos tengan celular, reflexiona sobre si ellos lo necesitan o lo necesitas tú. Hazlo con coherencia, no solo teniendo en cuenta opiniones ajenas, sino pensando en tus necesidades o intereses como familia.

  1. Pensar en los niños

Piensa en cómo es tu hijo, en la relación que tienes con él o ella, en su edad y en sus aficiones. Todo esto influirá en cómo usará el aparato y en los conflictos que pueda generar. Piensa en tu propio perfil digital, porque lo que el menor vea en casa influirá sobre su propia vida tecnológica.

No es lo mismo que tu hijo sea sedentario y tímido a que sea activo y extrovertido.

No es lo mismo que te vea pegado a Whatsapp todo el día, a que se dé cuenta de que, una vez llegas a casa, dejas a un lado el celular.

No es lo mismo que tenga 5, 8 o 13 años.

No es lo mismo que tenga muchas aficiones a que lo único que le guste sea ver televisión.

No es lo mismo que pase mucho tiempo solo en casa a que siempre esté contigo.

Es nuestra responsabilidad darles ejemplo y asegurarles las experiencias que realmente necesitan.

  1. Potenciar un acceso gradual

Antes de tomar la decisión de poner un dispositivo móvil en las manos de tus hijos, piensa en qué relación tiene con otros aspectos de la tecnología. Hay niños sin celular a los que ya les cuesta dejar la consola y niños sin celular que pasan horas viendo videos.

Hay niños que respetan las normas de casa y otros que se las saltan en cuanto pueden. Si el primer contacto de tu hijo con dispositivos electrónicos es el celular, muy posiblemente no sabrá cómo gestionar sus posibilidades infinitas. Piensa si ya hay hermanos en casa con celular, o en si tú le dejas el tuyo cada vez que te lo pide. La tecnología llega a la vida de nuestros hijos, en la mayoría de los casos, porque nosotros lo decidimos, así que abrir la experiencia poco a poco, con otros dispositivos más adecuados para su edad, es fundamental.

  1. Elegir el momento ideal

Los niños aprenden a pedir muy pronto. Y somos los educadores quienes decidimos cómo gestionar su acceso a distintas experiencias en función de múltiples variables.

Debemos ser nosotros quienes tomamos la decisión de darles un celular. No dejemos la elección en ellos. Tampoco podemos tomar esta decisión como respuesta a una rabieta o a un capricho. Y, lo más importante: tenemos que definir, desde el principio, cómo esperamos que nuestros hijos usen el dispositivo.

  1. Conocer otras alternativas

El 50% de los niños de 11 años tiene un smartphone propio (según cifras de España). En función de tus necesidades o intereses, infórmate, porque puedes estar en contacto con tu hijo, saber dónde está y responder a sus peticiones de diferentes maneras.

Cuando son pequeños, los relojes inteligentes con tarjeta SIM son una opción interesante. Conforme crecen, el mercado nos ofrece distintas alternativas. No todas generan la autonomía y la conexión de un celular, pero les pueden dar seguridad a los padres para evitar comprar un dispositivo móvil antes de tiempo.

  1. Compartir unas normas con los niños en casa

La educación se basa en muchas cosas. El ejemplo, el diálogo, la escucha… y también las normas y los límites. Si somos coherentes desde el principio, tendremos más posibilidades de que el uso del celular sea equilibrado y positivo, basado en unos hábitos saludables. Cuando los padres introducimos la tecnología en la vida infantil, ya sea a través de contenidos o de dispositivos, es fundamental hablar con ellos de unas normas que les hagan sentir implicados, que sean sencillas de recordar y asumir, y que sean consistentes con lo que ven en casa.

  1. Favorecer la autonomía progresiva

¿Qué es lo que va a hacer el menor con el dispositivo? ¿Qué decisiones tendrá que tomar y cuáles son las normas que han consensuado? No es lo mismo que solo pueda enviarte mensajes o llamarte, a que pueda navegar por Internet o acceder a redes sociales por su cuenta.

Haz que tus hijos vayan ganando autonomía digital en línea paso a paso, de acuerdo con la autonomía que ya les concedes en su vida analógica.

  1. Elegir bien los entornos tecnológicos

En función de la edad y del carácter de los niños y de cómo sean como familia, hay que decidir en qué entornos digitales se va a mover el menor. La constante disponibilidad de pantallas hace que salgamos menos, nos movamos menos y tengamos malas relaciones interpersonales, de ahí la importancia de buscar contenidos y actividades que sean compatibles con lo que nuestros hijos realmente necesitan.

El aprendizaje en el uso de la tecnología, como en todo lo demás, es un camino repleto de experiencias y de toma de decisiones. No todas las actividades digitales están pensadas para niños y adolescentes, y no todos los contenidos o dispositivos son inocuos, aunque pueda perecer lo contrario.

  1. Abrir conversaciones

Los niños y los adolescentes no le temen a la tecnología porque no temen probar experiencias nuevas. Les atrae porque forma parte del mundo que les rodea. Pero realmente no saben más de tecnología que los padres y las madres. Necesitan que les demos un contexto para que entiendan lo que ven o lo que leen. Necesitan que les aportemos valores y les ayudemos a gestionar emociones. Necesitan que estemos dispuestos a escuchar y a enseñar, sin prejuicios.

  1. Prepararlos para la adultez

A las puertas de la adolescencia o ya en plena pubertad, cuando la familia esté preparada para que el menor tenga un smartphone, de nuevo es muy importante elegir el momento de entrega y el modelo. No manda el mismo mensaje que ese smartphone sea nuevo y de última generación a que sea heredado.

Ni es lo mismo que tenga datos móviles ilimitados a que la conectividad sin wifi sea más limitada.

No es lo mismo que en casa haya barra libre de Internet y ausencia de normas básicas a que haya cierta cultura digital familiar que ayude al adolescente a tomar decisiones sobre cuánto, cuándo, cómo o dónde utiliza el dispositivo.

Finalmente, no es lo mismo que ese celular esté configurado para un menor de edad que para un adulto. Y por supuesto, llegados a este punto, sea cual sea el dispositivo, entorno y formato de tecnología que usen nuestros hijos, es clave seguir hablando y escuchando.

Fuente: El Espectador

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