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Reflexiones | “Esperanza contra esperanza” por Damaris Barrera

¿Por qué?, Muchas veces no entendemos la voluntad de Dios para nuestras vidas, eso nos lleva al fracaso si nos apresuramos en tomar algunas decisiones y lo digo «en todo ámbito». En mi corta y pequeña vida he podido comprender que siempre la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios será en torno a Él, en llevar su evangelio y vivir por Él y para Él, repito, «en todo ámbito».

La palabra nos relata sobre una familia que moraba en un pueblo llamado Ur de los caldeos, eran idólatras. Con el paso del tiempo, las naciones descendientes de este pueblo habían dado la espalda al conocimiento de Dios, su forma de pensar no le agradaba; en el desarrollo del sistema pagano, se desviaron y oscurecieron muchas verdades originalmente transmitidas por la línea de los antiguos patriarcas y se pervirtieron todas las relaciones naturales que Dios había creado para ellos.

En este estado de las cosas, Dios separó soberanamente entre esta familia a un hombre llamado Abraham a sus 75 años, muy temeroso, él recibió por mandato de Dios que debía salir de su parentela y dirigirse a una tierra que Él les mostraría, acompañado de su esposa Sara de 65 años, ella era estéril. Dios prometió que en ese lugar les daría descendencia, esto sería en Canaán, la tierra prometida.

Abraham recibió la promesa de que los que le bendijeren serían bendecidos y malditos los que le maldijeren; y que en él serían benditas todas las familias de la tierra. Abraham tenía que dejar la nación idólatra a la que pertenecían sus antepasados, a su familia y a la casa de su padre, debía de salir de su parentela y apartarse para vivir en conformidad a Dios.

Abraham creía en un Dios todo poderoso, se le reveló de manera personal a fin de que, mediante tal revelación, Abraham aprendiera a conocerle, por ello tuvo que pasar por circunstancias donde ejercitó su fe. Dios, quien había prometido acompañarlos en este viaje fue haciéndose visible mediante el cumplimiento de su palabra, dándole una heredad legitima; recordemos que Sara era estéril y tenía ya 65 años, pero para Dios no fue impedimento cumplir lo que Él había prometido, por su respuesta de fe, Abraham vino a ser padre de los creyentes y amigos de Dios.

Su vida es para nosotros digna de la más profunda atención, en vista de las maneras que Dios se le reveló, también las pruebas que usó para formar su carácter. Abraham creyó en el Dios de lo invisible que en el camino se hizo visible a lo largo de su trayectoria, creyendo en esperanza contra esperanza, es así como debemos de confirmar y creer que ese mismo Dios nos llevará a ver su recompensa si somos fieles y confiamos a siegas en sus propósitos.

Confiar es creer que Él tiene todo el control de nuestras vidas, sin darle espacio a la duda, tan solo creer con toda nuestra fe.

“Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.” (Isaías 55:8-9 RVR1960)

Por Damaris Barrera #BlogEvangelioCreativo

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