Search
Close this search box.
Search
Close this search box.

Reflexiones | « ¡Tú no estás siendo rechazado, sino apartado!» por Maritza Santis

¿Has tenido en algún momento de tu vida el sentimiento de no sentirte apto o tomado en cuenta para algo o alguien? Seguramente que sí y no ha sido fácil. Hoy quiero recordarte que, aunque te han menospreciado, ya hubo alguien que fijo su mirada en ti y no dudo en llamarte y usarte.

“Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó” (Romanos 8:30).

Solemos pensar en nuestra vieja manera de vivir, a nuestra forma y lógica, olvidamos caminar bajo su voluntad, como el apóstol Pablo, que decía: “Ya no vivo yo, Cristo vive en mí”; esto influye en nuestra identidad en Cristo, saber que fuimos justificados, absueltos de todo pecado pasado, para darnos vida nueva, que nuestra fe esté cimentada en él.

Si algo suele asustarnos es cuando los no alineados a Dios llegan a nuestra vida:

– No es tiempo de…

– No eres apto para…

– No eres tú con quien deseo estar..

-Simplemente es un no de parte del Padre

Estos momentos llegan a marcarnos y lastimar nuestra identidad, si no tenemos una relación íntima con el Padre nos sentirnos descalificados, insuficientes, inmerecedores, incapaces, que no valemos la pena. No es que lo seas, no estás siendo rechazado, al contrario, estás siendo apartado para él.  Papá sabe lo que nos conviene y nuestro papel es aprender a obedecer y depender de él.

– Si no te concedió el proyecto es porque te aparta de involucrarte en algo que no te conviene.

– Si no te dieron el trabajo, es que te apartaba y tiene para ti algo mejor.

– Si no te permitió estar con la persona que deseabas, solo te aparta de un proceso donde nuevamente tu corazón pudiera ser sería lastimado.

¡Ay de los hijos rebeldes —declara el Señor— que ejecutan planes, pero no los míos, y hacen alianza, pero no según mi Espíritu, para añadir pecado sobre pecado! (Isaías 30:1)

¡No sea que por rebeldes! Tomemos procesos que no están bajo su voluntad. Reconoce la identidad de un hijo de Cristo y toma autoridad de ella, accede a que él tome el timón de tu vida, te aparte de lo que no te edifica y sus planes de amor se desaten sobre ti, apártate para él y permite que pueda usarte como testigo de lo que hace con sus hijos que se someten a su voluntad. La obediencia es un perfume agradable para el corazón de Papá.

por Maritza Santis / Escritora blog Evangelio Creativo

Compartir: