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Reflexión | “Mi paz se ha ido”

“Mi paz se ha ido”, es una frase que en estos tiempos he escuchado mucho. Cada vez que la oigo puedo sentir ese vacío de la incertidumbre y la angustia que puede generar un momento de prueba.

Ahora la pregunta es ¿Cómo hacer para no perder la paz en la tormenta? Todo va a depender de tres puntos importantes:

  1. ¿Qué estamos recibiendo?
  2. ¿Qué estamos viendo?
  3. ¿Qué estamos escuchando?

Parecieran 3 cosas simples pero muy poderosas para el enemigo,  las cuales pueden hacernos abrir las puertas dejando  afectar nuestra fe y confianza en el Padre.

Cuando menciono ¿qué estamos recibiendo? Me refiero, a qué estamos creyendo lo que dicen las redes sociales, los noticieros o el vecino; o nos estamos alimentando de la Palabra que nos enseña sobre estos tiempos, que son necesarios porque estamos siendo trabajados y transformados para alcanzar una estatura de varón perfecto.

¿Qué estamos viendo? Nos estaremos enfocando más en el problema. No me quiero imaginar a Pedro esa noche en medio de la tormenta, eso ha de haber sido abrumador, que aun teniendo al Padre frente a él no pudo confiar en totalidad. No veas la tormenta, mira lo que el Padre hace a través de ella.

¿Qué estamos escuchando? Bien dice la Palabra que la fe viene por el oír. No te permitas oír a quien infunde temor y está siendo  instrumento del enemigo para distraerte. Abre tus oídos a lo que Papá te quiere decir, muchas veces no escuchamos porque no dejamos espacio para que Él hable.  Porque sus silencios también son significado de respuesta y es: Confía!

Cierra las puertas de la incredulidad y abre tu corazón a la presencia de nuestro Señor. Tu tormenta solo es señal de tu próximo testimonio.

“Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.” (Filipenses 4:9)


Por Maritza Santis de Evangelio Creativo

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